Grooming

Grooming

En un mundo en que Internet se ha convertido en una herramienta fundamental, entre los contras que se pueden achacar a la Red de redes destaca la variedad y multitud de figuras delictivas que se dan en la misma, entre las que se encuentra el Grooming.

El Grooming consiste en una práctica delictiva en la cual los adultos simulan ser menores de edad, utilizando redes sociales o herramientas tipo foros, plataformas de juegos o comunidades virtuales de moda entre los consumidores virtudes más jóvenes para contactar con niños o adolescentes y ganarse posteriormente su confianza simulando una falsa amistad, la cual esconde un trasfondo delictivo que tendrá como objetivo el control emocional de los actos del menor para someterle a continuación a un chantaje que va a tener fines sexuales.

Metodología

Como cebo de captación del menor, el adulto creará perfiles en redes sociales o plataformas virtuales cuya temática, imágenes y contenido resulten muy atractivos para las potenciales víctimas.

Es práctica común que los adultos, tras un periodo de tiempo en el que acceden a mantener conversaciones con el menor, al que previamente se ha identificado como de su mismo rango de edad, irán haciéndole partícipe de su compatibilidad en gustos, aficiones y emociones, lo que producirá en el menor el sentimiento de encontrarse ante una verdadera amistad y una complicidad total con su “amigo virtual”.

Esa “intensa” amistad virtual, que puede contener algún tipo de prebenda, detalle o regalo, conllevará a que las conversaciones que en un primer lugar no desentonan de las que cotidianamente mantienen los verdaderos amigos y que se circunscriben a las aplicaciones de mensajería o foros, deriven en temas más complejos y que pasen a desarrollarse en plataformas tipo Whatsapp o Skype. La temática de las conversaciones tratará en alguna ocasión de temáticas “subidas de tono”, con la intención por parte del autor de sondear la predisposición del menor al posterior ofrecimiento.

En uno de estos episodios, el adulto, aprovechando esa complicidad que se ha ganado  requerirá al menor que ante su cámara web practique algún tipo de desnudo parcial o integral,  y en caso de acceder, esta imagen se convertirá en un verdadero instrumento de chantaje.

No contento con esa primera muestra, en conversaciones posteriores el falso menor requerirá la realización de nuevas conductas de mayor gravedad, y si el menor se niega será amenazado con  difundir las imágenes que posee a todo el mundo, produciendo en el menor un sentimiento de angustia, depresión y ansiedad que va a tener un notable protagonismo en el desarrollo de su personalidad y en problemas como el fracaso escolar.

En ocasiones el propio menor no será consciente de que está siendo víctima y aun siéndolo no querrá reconocerlo debido al “trauma” que le supondría esa traición de su “gran amigo virtual”.

 

Finalidad

Aparte del propio chantaje, que en ocasiones puede llegar a ser económico, los fines de la obtención de dichas imágenes son:

  • En caso de que el menor acceda a la práctica de desnudos o a la realización de actos de connotación sexual delante de su cámara web, intentará propiciar un encuentro con el menor a fin de abusar sexualmente de él. Suele darse el caso de que sea el propio menor que de forma voluntaria y como consecuencia de la manipulación previa por parte del adulto, remita o envíe fotografías o material audiovisual
  • Obtención de las imágenes para su explotación entre redes de pornografía infantil o en círculos virtuales de pederastia.
  • Introducir al menor en redes de prostitución infantil y explotación sexual de menores.

 

Prevención

Como cualquier delito el Grooming se puede prevenir, siendo el control paterno y el conocimiento de la práctica de dicha actividad delictiva los principales instrumentos de prevención.

El inicio de la función preventiva lo marcan los padres del menor, los cuales deben ser conscientes de la vulnerabilidad a la que se encuentran sometidos sus hijos al utilizar Internet como herramienta social, haciéndoles partícipes a sus hijos de los mismos.

Como padres debemos estar informados de las tendencias sociales que pueden afectar a nuestros hijos. Una buena comunicación con los hijos es fundamental, informándoles de los peligros y de las tendencias que se pueden encontrar al utilizar Internet (como por ejemplo el fenómeno de la “ballena azul”, el cual puede inducir al suicidio).

Al igual que se enseña a los menores a no aceptar regalos de desconocidos y a no irse con personas extrañas, hay que trasmitirles ese sentimiento de desconfianza a entablar conversación con desconocidos, sobre todo a facilitar datos personales aunque se hayan mantenido algunas conversaciones virtuales anteriores.

De igual modo, y en el sentimiento de confianza que deben propagar los padres a los hijos, se les informará que ante cualquier conversación o solicitud “anormal” no tengan el menor reparo en comunicarla, sea cual sea y sin que tengan el sentimiento de temor de un castigo.

Los padres deberán establecer unas pautas de navegación y de uso del Internet, entre las que destacan la imposición de horarios, el uso de unos terminales previamente acordados y utilizarlos en zonas comunes de la vivienda, nunca el menor en espacios privados ajenos al control paternal. Se deben conocer los hábitos de navegación, comprobando el historial de navegación después de cada sesión e indicarles consejos de seguridad en el uso de Internet, realizando explicaciones prácticas de los mismos.

Uso de redes sociales y web cam. Hay que ser conscientes del potencial peligro que tiene el compartir imágenes en las diferentes redes sociales así como no tener configuradas las mismas con un adecuado nivel de seguridad, lo que propiciaría un acceso público a los diferentes contenidos publicados en las mismas. Igualmente, el uso inadecuado de la web cam y el configurarse la misma como uno de los principales objetivos de los hackers, a fin de acceder a la misma sin conocimiento y consentimiento del usuario y obtener imágenes en cualquier momento de uso del terminal informático,  hacen recomendable que la misma se mantenga tapada cuando no sea utilizada para su fin.

Como en cualquier tipo de delito, toda prevención no es suficiente, por lo que ante cualquier indicio o ante cualquier episodio de Grooming en los que nuestro entorno familiar se vea implicado hay que poner el hecho en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado e interponer la correspondiente denuncia.

Cabe significar que en España existe la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), así como las reiteradas campañas informativas que la Policía Nacional lanza a través de la web www.policia.es y de su Twitter oficial.